
Hoy me has mirado como preguntándome por mi, tu mirada es dulce y tierna, me miras con tus ojitos grandes y esperas que yo te corresponda de la misma manera; así de honesta, digna y leal como tu lo haces. Me miras como un maniki atrapado tras una vitrina y sin poder salir de tu maldito destino. Solo esperas una señal para poder ser feliz. Sin embargo no es así y casi todos te rechazan, te insultan y algunas veces te golpean pues sienten que tu presencia es un mal para la sociedad.
Me siento impotente de no poder hacer nada y quedarme como entupida ante tanta injusticia, te miro y solo encuentro en esa mirada llena de soledad a alguien que solo busca una nueva oportunidad. Observo tu cabeza inclinada hacia el cielo y pasa por mi mente la pregunta ¿que estarás pidiendo?, quizás ya no puedes mas con esto y siento que ya te estas rindiendo, por que esa fuerza que tenias antes ya no es la misma por el paso del tiempo. Tienes los ojos y el pelo más claro ya no tienes esa agilidad que tienen los otros.
Tu mirada me dice ¿que hemos hecho para ser marginados de esta manera?, somos habitantes del mismo mundo. ¿Por que no tengo a nadie que me habrase? cuando tengo frío o que me sonría cuando este triste ¿por que?
A pesar de que nadie te ve o no te quiere ver, tu existencia refleja el grado de sensibilización y humanización de una sociedad. La única mirada que nos devuelve alguien como tu es el fiel reflejo de la que nosotros le ofrecemos, una mirada rebosonante de amor, de amistad o de comprensión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario