lunes, 21 de septiembre de 2009

Ejercicio n° 7


El día en el que lo conocí Pablo Santos, se había arreglado tanto para encontrase con la que seria su gran amada. El había imaginado que su encuentro iba hacer perfecto y lleno de alegría. Sin embrago no fue así, ella nunca llego y el se quedo esperándola encima de la lluvia que se propino esa noche. El siempre imaginaba en lo perfecto y maravilloso que era enamorarse. Eso fue lo que me comentó una amiga que lo conocía tanto como el a ella.

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